▪●Ƿяıмєяα♦Tøмa●▪


(música de fondo)


Le gustaba desvirgar a jovencitos como yo casi tanto como jovencitas.
Mientras él lo preparaba todo me tumbé en un colchón pordiosero que había ahí tirado, estaba nervioso y no sabía hacia dónde mirar.
Enseguida noté como entraba, el cabrón no tuvo ninguna delicadeza, todo de golpe y sin avisar.

Le había dicho que sí, que aceptaba, pero que no sabía por dónde empezar, que era mi primera vez...
El muy cerdo asintió con una sonrisa enfermiza.

Yo tenía mis dudas sobre el tema, los que lo habían probado hablaban maravillas y los que no decían que era caer muy bajo... yo no pensaba que fuera ni tan bueno ni tan malo, solo un vicio más..

No fue difícil encontrarle ya que era el único en la zona que se dedicaba exclusivamente al negocio.. Le llamaban "el culebras", no por lo escurridizo que podía llegar a ser sino porque a la que te despistabas te metía veneno en el cuerpo... menudo cabrón estaba hecho.

Llevaba un par de días solo, aburrido y sin nada que hacer así que decidí ir a visitarle.
Recuerdo aquella tarde muy a menudo, mi primer piko ¡Joder si lo recuerdo!
Dicen que la primera vez puedes sentir nauseas y vomitar... yo me corrí.

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