Visita (in)esperada


(música de fondo)



Ahí está Jokin, tirado plácidamente, protegido por su limbo. Aún no está al alcance pero pronto podré llegar.
Tengo que ser cauteloso, ir de puntillas, sin alarmarle.

Me acerco cuidadosamente, manteniendo las distancias, pero está tan absorto que no se percata de mi presencia.

Lo tengo cerca, pronto será mio.

Estoy a un palmo de él, noto se respiración entrecortada, no debo precipitarme...

Empieza a enroscarse cuando le soplo los pies, poco a poco voy recorriendo su sudoroso cuerpo, me entretengo en el torso soplando suavemente zigzagueando hasta llegar al cráneo donde intercalo un soplido con un húmedo vaho de mi aliento. Por su frente bajan heladas gotas de sudor.

Lo hundo despacito en la alfombra.
Ya es mío.
Y el pobre infeliz no percibe nada.

Delicadamente inmovilizo sus brazos y sus piernas, así será todo más entretenido...
Ya ha llegado la hora de que sepa que estoy aquí.

Comienzo punzándole en la nuca pequeños alfileres, parece que el muy bastardo despierta de su heroico letargo.
Mirando sus desesperados ojos meto la mano por la garganta hasta llegar a su estómago golpeándolo una y otra vez, enredando sus intestinos y oprimiendo riñones, hígado y demás entrañas hasta que un montón de jugos gástricos salen expulsados por boca y nariz acompañados de intensos espasmos.

Ahora ya sabe que estoy aquí.

Le sacudo bruscamente para que sea consciente de todo el proceso. Incrusto clavos por toda la cabeza, cristalizo su sangre mientras agarro el corazón y lo hago bombear frenéticamente...


Estimado lector, tu decides:


- Si deseas que Jokin salga ileso de ésta aventura manda un SMS al 31416 con la palabra JOKIN

- Si por el contrario quieres que el síndrome de abstinencia acabe con él manda un SMS al 31416 con la palabra MONO

FINAL: JOKIN

En su cara se esboza una sonrisa, eso me confunde, debería estar agonizando... quizá sea un truco para desviar mi atención, nosé.. reviso que todo esté en su sitio y veo que el muy cabrón ha conseguido sacar un par de valiums del bolsillo y se dispone a tragárselos. Forcejeamos un instante pero su deseo por conseguirlo me debilita y logra engullirlos.
Me queda poco rato antes de que hagan efecto los barbitúricos y aprovecho para que sean unos minutos dolorosos pero él luce una sonrisa de oreja a oreja.
Ya no hay nada que hacer, me voy desvaneciendo al mismo tiempo que sale de una de sus peores pesadillas.
Ésta vez he fracasado, pero tendré otra oportunidad.
Pronto, muy pronto.

FINAL: MONO

Su llanto aterrorizado pide socorro, como si alguien pudiera sacarle de ésta agonía.
Con las rodillas hundidas sobre el pecho hurgo en su interior buscando aquello que tanto anhelo, le voy arreando algún manotazo para que no quede inconsciente.
Al fin la encuentro, tengo su alma en mis manos. Su miedo me complace. La acaricio, la huelo, la lamo viciosamente... Su angustia me excita.
Se la extirpo violentamente desgarrando todo punto de unión con el cuerpo. Ahora ya solo es un pedazo de carne afligida y su esencia me pertenece, tan pura, tan impoluta, tan virginal...

Proyecto Jombre 2.0

-Buenos días... Mi nombre es Jokín y soy politoxicómano.
Quizá me recuerden de otras apariciones como: "Fingí querer desintoxicarme pero solo ansiaba gelatinas de metadona" o "Pasaba por aquí y entré a mendigar unas monedas" pero ésta vez va en serio, lo tengo decidido.
Me voy a quitar.
Y con vuestro apoyo conseguiré distinguirme de la lacra social a la que ahora pertenezco. Renaceré, dejando atrás la sanguijuela que soy, para convertirme en un individuo con valores y constructivo para ésta nuestra sociedad. Y no será fácil, y tendré tentaciones, pero vuestra presencia me dará las fuerzas para conseguirlo. Y por eso, desde ya, os lo agradezco eternamente y de todo corazón.

-Se..Señor.. ...esto es una guardería...

-Oh... mierda... bueno... y... esto... no tendréis por ahí... un poquito de... ya sabes, no?... no? nada? en serio? ...mmhhh... Pues vaya mierda de juventud! Así va el país! Esto es indignante!

De paseo


(música de fondo)



Me dirijo al bulevar del polígano en busca de alguna farmacia de guardia.
Nada más entrar me encuentro con la prestigiosa subasta de los pordioseros, vienen comerciantes de todos los poblados a vender objetos de altísima calidad, todos robados de primera mano, eso garantizado.

Enseguida veo que la tienda del tío Ricky está chapada. "Cerrado por defunción" pone el cartelito de la puerta... Joder! lo echaremos de menos, tenía los mejores materiales inflamables de toda la ciudad y los sábados por la noche impartía clases de cómo fabricar Napal. Que gran pérdida.

Al otro lado de la calle veo una escena que me conmueve, madres e hijas compartiendo una tradición. La experiencia de unas junto a la inocencia de las otras formando una simbiosis perfecta. ¡Qué espectáculo!
Y es que las furcias siempre consiguen arrancarme una lagrimilla...

Alrededor de los containers se amontona mucha gente, corren los billetes, los puñetazos y el alcohol. El olor a sangre y sudor es más fuerte que el que desprenden los mismos contenedores.
Pelea de mendigos, un clásico!
Apuesto un par de combates sin ganar nada y sigo con mi ronda.

El confesionario del Reverendo está cerrado, debe estar de pesca... o instruyendo a algún menor.

En el banco central de la plaza, hay un gran tipo de interés sentado. El Perico ofreciendo sus servicios de mercenario callejero con unos descuentos tentadores, pero hoy no tengo ganas de fiesta así que nos contamos las últimas batallitas entre litronas y desaparezco antes de que empiece a explicar (una vez más) como lo expulsaron injustamente del ejercito.

A lo lejos me parece ver la luz encendida de la farmacia y según me aproximo distingo la fogata rodeada de colchones piojosos y restos de sofá plagados de chinches.
Parece que hay un poco de cola así que cojo tanda y me siento a esperar impacientemente.
Le echo un ojo al nuevo farmacéutico, es un chaval joven, recién salido de la facultad, aunque parece manejar bien el negocio. Tengo la esperanza que le subministren los mismos laboratorios porque no tengo ganas de inyectarme genéricos de mierda.

Llega mi turno, le enseño la receta de mi brazo y me sirve sin decepcionarme.

Está anocheciendo y vuelvo a casa con un buen puesto. El cielo es naranja y el polígano sigue funcionando a mis espaldas.
Pronto volveré.

Cómo conocí a...

... el Reverendo banquero:
Delante de un vaso lleno y una botella vacía empecé a escuchar sus planes, parecian imposibles... pero ahora veo que son perfectos.
Por aquellas épocas aún no era banquero y, en realidad, nunca ha terminado el seminario, pero deja que los niños se acerquen a él y les enseña lo que es pecar.



... la chica de los analgésicos caducados:
Ella era jovencita, ruda y antisocial, eso me gustaba.
Me estuvo contando que los animales también tenían alma. Era posible, no lo dudaba, la pregunta era si la teníamos nosotros.
Pasamos días sin dormir con los ojos como búhos, eso me gustaba



...la jueza buscona:
Altas esferas de la sociedad
mezcladas con despojos como yo

Vino buscando romances
y tuve que decirle que no

Antes solía llamarme
pero la cosa se acabó



... la mujer sociópata:
Eramos muy jóvenes los dos, coincidimos en la fiesta de algún amigo en común, ella iba vestida de gala y yo con mi disfraz de hombre normal. La noche terminó con mucho alcohol y humo, en la comisaría, incendiándola.



... el señor innocente:
Llamas, barrotes, humos varios, entropía, allanamientos, paquetes de cerveza, Bill Callahan, pisos francos, valoraciones irracionales, viendo los sonidos, oyendo los colores, saboreando la mediocridad...
Después de cada coma me lo sigo encontrando.



... la maldita furcia:
Estaba tirado en algún descampado a las afueras de cualquier ciudad, ella me recogió, me acogió, me drogó y me folló.
Era la más puta de las yonkis y la más yonki de las putas... y lo sigue siendo, afortunadamente.