Primera lección

El sonido de las rejas abriéndose rompe el silencio.
Dos guardas traen a un joven pálido y con la mirada baja, lo desesposan, lo empujan dentro y vuelven a cerrar.
El chaval está ahí de pie inmóvil, con el juego de sábanas en las manos y la mirada fija en los pies.

Pasan los minutos.

De la litera de arriba sale una voz.

- Y bien?

- Cómo dice?

- Que qué haces aquí?

- Me han detenido, señor.

- No jodas...Que por qué?

- Ahh... bueno.. necesitaba algo de dinero e intenté atracar un banco.

- Cuántos erais?

- Yo solo, señor.

- Madre mía... Y qué armas llevabas?

- Una replica Desert Eagle de metal idéntica a una de verdad y un molotov.

- Para qué coño llevas un molotov?

- Para impresionar, supongo.. nunca se sabe...

- Y qué fue lo que pasó?

- Al principio fue bien, no había apenas gente y el de la ventanilla cooperaba, era un poco lento pero pensé que era por la pistola, pero cuando me quise dar cuenta había una brigada de agentes especiales apuntándome con armas de verdad, me puse nervioso y les lancé el molotov, entonces me dispararon en el hombro y en una pierna y se acabó la función.

- Al menos tienes huevos

- No tenía mucho que perder...

- Y has aprendido con todo esto?

- Bueno... el juez me dijo que si vuelvo a necesitar dinero que pida un préstamo, es más fácil y menos arriesgado. También me dijo que esta cárcel tiene un buen programa de rehabilitación, así que estudiaré y, quién sabe, quizá pueda llegar a abogado.

- Pero tu quieres ser delincuente?

- No señor.

- Pues no te hagas abogado, ni juez, ni político, ni banquero... Ellos hacen las reglas pero no tienen moral. Obligan a cumplir la ley pero se la saltan cuando quieren. Son los carroñeros de la sociedad. Ellos son la eskoria.
Aquí dentro podrás ver como funciona el mundo, esto no es más que un reflejo a pequeña escala donde todo está más claro.
Ademas podrás aprender mucho.
Cuando pisé por primera vez una prisión entré con un diploma en robar bolsos a las viejas y salí con un doctorado en crear el caos. Ésta es la mejor escuela que te va a dar la vida. Aprovéchalo.

- Me lo pensaré...

- Acaso te crees que tienes alguna otra opción?

- Mhhh...entonces... cuál es la primera lección?

- La supervivencia.
Déjate ver en el patio con una jeringa colgando del brazo, los demás presos pensaran que eres un yonki sidoso y tu culo estará intacto.

- Gracias, señor.

- Cómo te llamas chaval?

- Mi nombre es Jokin.

- Bien... a mi puedes llamarme señor.

Última cena


(música de fondo)



Esa tarde decidimos ir a por ella.
La maldita furcia y yo llevábamos demasiado tiempo fundidos en el sofá, algo de acción era lo que necesitábamos.

Carolain era una jodida cleptómana de mucho cuidado, una buena tipa, sin duda. Últimamente andaba por el borde del precipicio y tenía decidido saltarlo. Ahora estaba recuperándose de una ingesta masiva de analgésicos y no tardaría en volver a hacerlo.
Teníamos poco tiempo.
No costó sacarla de aquel hospital mugriento, la maldita furcia llevaba un par de jeringas sidosas a modo de machete para apartar al personal medico y a los seguratas.
No podíamos permitir que Carolain pasara sus ultimas horas en un sitio como ese.
Pronto estuvimos en la calle.
Nuestro terreno.

El plan era sencillo: Quemar la noche.

Empezamos tomando unos cartones de vino que se acabaron convirtiendo en aguardientes. Les robamos a unos chavales unos sprays y fuimos a decorar la comisaria.
Luego entramos en casa del Sr. Juez para bebernos una botellita de whisky escocés que tenía en el mueblebar y, en la mesita de cristal del comedor, nos hicimos unos tiritos. Acabamos sacandole los muebles al jardín y nos dimos un chapuzón en su piscina, el agua estaba deliciosa.

Anduvimos calle abajo entre risas, anécdotas y buenos humos.

Finalmente llegamos a casa del comisario, visita obligada...
Tenía unos habanos que nevaditos quedaron riquísimos. También fue casualidad que una de esas colillas mal apagadas cayera tan cerca de las cortinas y se incendiara el salón, aunque hay que reconocer que las dos latas de gasolinas esparcidas previamente ayudaron a la combustión...

Y no te lo pierdas... la pequeña Carolain cantando "Come on baby, light my fire" , la furcia y yo bailando pasadísimos y de fondo los bomberos apagando el fuego...
¡Qué gran momento!

Y bueno... por aquellas horas la policía ya iba tras nuestro así que tuvimos que huir como ratas que somos y nos metimos en un antro piojoso a tomar la ultima. Nos pusimos trascendentales, que si la vida, la muerte. bla bla bla... Aquel rato podía haber durado una eternidad, pero no fue así y cada uno tuvo que marcharse para su madriguera.

Caminos distintos, destinos asimétricos, realidades convergentes.

Y es que nosotros dedicamos nuestras vidas a delinquir, a robar, a allanar, a difundir el caos. Sin horarios, ni normas, ni uniformes de traje y corbata.
Sin más preocupaciones que pensar a quien joder la próxima vez.
Nos asquea vuestra hipocresía, nos aburren vuestros días, pero nos encanta vuestro borreguerismo.
Siempre pisando al de abajo para lamerle el culo al de arriba, que previsibles sois.

Y ahora conecta la alarma de tu chalet, apaga la luz de tu mesilla y duerme. Duerme tranquilo.
Protegido.
Siempre quedará el vecino de turno que llama para decir que alguien entró a la fuerza en tu apartamento.