Herøin Tour I
Y así estamos.
Mientras yo mezclo ración doble de odio con actitud maliciosa en una cucharilla, la maldita furcia quema 3 o 4 cerillas bajo ésta hasta que empieza a burbujear.
Cojo la jeringa que parece estar más limpia de las que hay por la moqueta y absorbo poco a poco la mala ostia acumulada, varios molotov, y, porqué no decirlo, la emoción de volver a las calles.
La maldita furcia ya está preparando el brazo, con la goma bien prieta saca a relucir una de sus mejores venas.
Después de una buena lamida, penetro la aguja y succiono una pizca de sangre repleta de allanamientos, estafas y hurtos con intimidación.
El cerebro empieza a segregar endorfinas a sabiendas de lo que le espera.
Desplazo lentamente el émbolo hacia abajo observando como la vena bombea para absorber la ola de incendios, robos y destrozos a gran escala.
La maldita yonka está con los ojos en blanco, cayéndose hacia atrás, con un hilo de saliva huyendo por la comisura de los labios y diciendo nosequé cerdadas...
Le saco la aguja y me la clavo con tanta ansia que espero haber acertado en algún conducto. Acabo de inyectarme la mitad sobrante y dejo que la distopía me invada.
Sin acceso al caos verdadero nunca lograremos la verdadera liberación.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario